El gran sueño de la casa propia. Tu familia y amigos te lo presentan como el mayor de los logros.

Dejar de arrendar y depender de alguien más para poder tener un techo.

Poder elegir dónde vivir toda una vida sin que nadie te pida la casa o el departamento.

Efectivamente, mucho de lo que te acabo de comentar es cierto.

Tener ese tipo de libertades para algunos es lo más importante del mundo.

Pero sabemos que quieres tomar no solo la mejor decisión para el corazón, sino también para el bolsillo.

En este artículo aprenderás sobre las ventajas y desventajas que puede tener tanto comprar una propiedad para vivir en ella, como invertir en una propiedad para arriendo.

El instinto no lo es todo

Cuando se trata de tus finanzas personales, lo que históricamente se te ha presentado como lo correcto, no será necesariamente lo mejor.

Y no hablo solo de lo mejor para tu bolsillo o solo de lo mejor para tu corazón.

Ambas opciones que exploraremos hoy te entregan distintas alegrías y libertades que la otra no podría. 

Ninguna de estas dos opciones es “la correcta”, más bien cada una se acopla a distintos estilos de vida, metas y tu disposición o aversión al riesgo.

Por ello, es importante conocer toda la información y así tomar una decisión informada que te haga lo más feliz posible.

Dicho esto, comencemos.

Comprar para vivir

Como bien sabes, comprar un departamento o una casa para vivir trae beneficios que no son tan fáciles de medir o comparar.

El orgullo de la casa propia es un sentido de seguridad muy importante para muchos, sobre todo si estás formando una familia o estás realmente enamorado de tu comunidad.

El sentido de estabilidad y uniformidad que te da el vivir en TU hogar, si bien es difícil de medir, puede ser comparable al tener la información correcta.

Entre los riesgos más comunes, está el de la incertidumbre de tu estilo de vida y el “match” que haces con tu comunidad.

Digamos que al momento de comprar tu propiedad, vives con tu pareja, al cambiar esa situación la decisión de esa propiedad pudo no haber sido la más inteligente.

Ya sea porque luego de años de relación, esta llega a su fin y debas mantener tu hogar por tu cuenta y no tengas la flexibilidad para hacerlo sin sacrificar tiempo o dinero.

O si esa relación evoluciona a una vida de familia en dónde ahora se integren hijos o mascotas y si tu bolsillo lo permite, puede que “la casa te quede chica”.

En el caso de tu “match” con la comunidad o barrio, este puede ser alterado porque ahora tu estilo de vida cambió con respecto al barrio o el barrio cambió respecto a tu estilo de vida.

Si compraste en un área con mucha vida nocturna que en tu juventud puedes aprovechar mucho, pero que a medida que creces la valoras menos y el ruido te molesta más, ya no es buena decisión.

O si elegiste un barrio tranquilo y seguro, que en dos años más se ha vuelto un foco de delincuencia o desórdenes, tampoco seguiría siendo una buena decisión.

La gran diferencia que existe respecto a arrendar versus a comprar esa propiedad es que al comprarla tienes menor libertad para mudarte de allí.

Si arriendas la propiedad, puedes encontrarte con un montón de problemas como vacancia, morosidad o un pago de arriendo que no cubra tu dividendo.

Si la vendes y pagas la deuda, puedes encontrarte pagando de más por una propiedad que valía mucho menos dada las tasas de tu crédito.

Cuando eliges un lugar para vivir, no te debería importar si es que éste está en un área de buena plusvalía o no. Te debe importar si es un lugar en el que puedas vivir plenamente.

De esa manera, pasamos a la gran desventaja de comprar un departamento o casa para vivir.

Esto es:

El costo de oportunidad

¿Qué es eso? Es uno de los conceptos más importantes para un inversor inteligente.

Por definición, según economipedia (que por cierto deberías consultar siempre que tengas una duda financiera o económica) es:

“El coste de la alternativa a la que renunciamos cuando tomamos una determinada decisión, incluyendo los beneficios que podríamos haber obtenido de haber escogido la opción alternativa.”

En lenguaje simple y fácil de entender:

¡Qué tanta plata perdiste por no invertirla en otra cosa!

Al invertir en una propiedad para vivir en ella, estás perdiendo la oportunidad de ganar más dinero con una propiedad de mayor plusvalía o retornos.

Además de eso, la libertad que tienes para mudarte como hablábamos antes, es mucho menor y más cara.

Comprar como inversión

Cuando compras una propiedad para inversión, puedes elegir al contrario de la opción anterior, aquella que sea financieramente más inteligente.

De esa manera, puedes tener mayores libertades emocionales por igual.

Al poder generar mayores ingresos gracias a una propiedad de inversión, puedes elegir vivir en un hogar que se acomode más a tu estilo de vida y metas.

De igual manera, también existen desventajas y menos libertades.

Cuando no eres el dueño de la casa o departamento en el que vives, si el propietario desea, puede terminar con el contrato de arriendo.

Es decir, si bien tienes mayores libertades para elegir donde vivir según como tu vida y la ciudad evolucionan, se reducen según la disposición de quien te arriende.

A pesar de esto, nuevamente te explico, ninguna opción es mejor. 

Si crees que tu libertad emocional es mayor a tu libertad financiera entonces puede que comprar para vivir dado los riesgos y problemas que puede tener comprar para arrendar, sea una mejor decisión.

Ahora, muchos de los riesgos asociados a la inversión inmobiliaria sí son controlables cuando estás bien acompañado y bien informado.

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